viernes, 2 de marzo de 2018

Nuestro intento duró muy poco. No tuve ni la madurez, ni la constancia, ni la disposición, ni la fuerza para ver más allá del momento. Únicamente entendía que no sabía que día lo iba a ver, que empezaba a llover en Quito, y él no estaba para mojarnos juntos. O en momentos de cobardía y cotidianidad ver películas juntos. Menos de miedo.

Ha pasado bastante tiempo desde eso. Salí con alguien, me emocioné con alguien, pero otro alguien seguía en mi cabeza, molestándome. Nunca fuimos extraños, al contrarío quería saber siempre de él. No todos los días a todas horas. Pero eventualmente para cerciorarme que distanciarnos fue una decisión correcta, no porque no queríamos estar juntos, sino porque para ese momento era lo correcto, lo saludable y lo maduro, auqn

viernes, 2 de mayo de 2014

When will it happen?


Whether it's Murphys law, it still is not out time or great things happen to those who persevere? 

Llegué al aeropueto internacional Marical Sucre mucho antes de lo que debía, con una maleta mucho más grande, pesada, mal hecha que la que llevé cuando fui por primera vez. Camino al aeropuerto me acordé que nunca puse bikini ni pijama en la maleta. Pero que mas da.

Las cosas raras no se deben describir. Solo debo decir que esa madrugada lo fue. Nunca me embarqué. 


El vuelo a San Salvador estaba a tiempo y solo me necesitaban para hacer del vuelo uno genial. Se lo negaron a todos. Necesitaba un certificado de vacunación. Larga historia corta, voy a presentar una queja a la defensa del consumidor de dos empresas: Avianca y Movistar. 

El resultado: lloros y certificado de la OMS 
Tengo nueva fecha!!! No sé si decirla, pero como voy con racha de malas fotos ahí va: 

Hasta tanto yo disfruto como disfruto, espumante para el corazón 

lunes, 7 de abril de 2014

Ya hay fecha!!!

Nuestro intento duró muy poco. No tuve ni la madurez, ni la constancia, ni la disposición, ni la fuerza para ver más allá del momento. Únicamente entendía que no sabía que día lo iba a ver, que empezaba a llover en Quito y él no estaba para mojarnos juntos. O en momentos de cobardía y cotidianidad ver películas juntos. Menos de miedo.

Ha pasado bastante tiempo desde eso. Salí con alguien, me emocioné con alguien, pero otro alguien seguía en mi cabeza, molestándome. Nunca fuimos extraños, al contrarío quería saber siempre de él. No todos los días a todas horas. Pero eventualmente para cerciorarme que distanciarnos fue una decisión correcta, no porque no queríamos estar juntos, sino porque para ese momento era lo correcto, lo saludable y lo maduro, aunque en realidad yo no lo era.

Sin alargarme, en una de estas conversaciones le pregunté que si le gustaría verme, que entre otras cosas yo extrañaba quien yo era allá, mi vida, mi trabajo, mi casa, mis cactus, mi balcón, mi amor, mi novio y su auto.

Me dijo que sí quería verme. No dejaría de ir a su trabajo y su padre me dejaría en el aeropuerto.

Pero si esto era para contar cuando sería nuestro reencuentro ya tengo fecha: 1 de mayo de 2014.

Como escribió antes alguien: todo era bonito y nada dolía. :)

martes, 8 de octubre de 2013

One week already.

Y la verdad es que los reales arrepentimientos vienen de las cosas que no hicimos, de las oportunidades que no tomamos o de las cosas que no dijimos. Por tanto, una técnica de supervivencia emocional es entregarlo todo. Entregarte completa, toda tú, sin mentiras ni poses. Lamentablemente ello es lo que más cuesta, puesto que entregarse se entiende como exponerse, y yo no soy buena exponiéndome porque no soy buena recuperándome. Me gusta tener el control sobre todo, inclusive sobre mis emociones, pero es tan difícil, un poco imposible. 

(Leerlo con esto: http://8tracks.com/saraherv/feelin-good)

Mi cielo: "I carry it in my heart" <3 E.E.Cummings


No es sin exponerse que se experimentan las más tiernas sensaciones, los más curiosos roces, las más largas risas, las más profundas conversaciones. Así, tras un largo debate conmigo misma hace tiempo decidí entregarme. Fue una decisión felizmente inconsciente, un impulso racional, fue cuestión de supervivencia emocional. Lo mejor es que no decidí entregarme a una persona, sino a una aventura, a algo nuevo, a nuestra natural, hermosa, paciente relación.

Descubro que con el tiempo la lejura se vuelve más insoportable, me falla mi autocontrol y quiero llorar y gritar todo el tiempo. Descubrí que son 1429, 36 kilometros los que hay entre los dos. Ha sido una semana sin verlo ni escucharlo. Creo que llamarlo sería terrible. Llamo a su antiguo celular para ver si dejó grabado un mensaje pero nunca lo hizo. Ese número que nunca me aprendí no servirá más, por tanto ya lo borré de mis favoritos. Él no es más un ‘speed dial’ para mi, e indiscutiblemente eso implica muchísimas cosas. Siendo honestos, no puedo contar para “absolutamente todo” con él, como me prometió en un inicio que sería. Eso experimenté hoy. Inconvenientemente él es quien más y mejor me calma y consuela. 


No es su culpa, él tan solo busca encaminar su vida, encontrar su camino, un lugar para estar bien. Sin duda espero que en su búsqueda me vuelva a encontrar a mi. Por tanto en proceso de formación haré lo mismo, tratar de ensayar espacios para estar juntos, donde nuestra existencia vuelva a ser compatible, no esforzada, sino como siempre natural. Que existan encuentros de 7 de la noche donde el mejor plan sea tomar vinos y discutir sobre las canciones del bar español.



Repetiría todo lo que hicimos juntos, buscar un café en San José es todo un acontecimiento, así como buscar cigarrillos a la 1 de la mañana. Cuando los encontramos fuimos a mi balcón nos fumamos pocas pitadas con tantas ansias que no nos acabamos el cigarrillo y teníamos ganas de botar la caja. Desayunar después de una carrera, donde si yo pedía panques él pedía tostadas francesas para compartir. Me encanta como todas las acciones las conjugo en la primera persona del plural: nosotros, así hacemos bien todo.

Hay una sola cosa que nunca más haría, y si alguna vez lo sugiere, paso su Gran Vitara SZ encima de él y acabo con éste drama. Para esta historia la única motivación que se me ocurre es que nos aburrimos de Escazú y de Los Yoses, por lo que decidimos pasear por San José Centro, que para ser justos a mi me gustaba mucho más que a él.

En honor a la verdad debo decir que fue un poco mi idea, la peor que he tenido. Sin embargo, la curiosidad es una cualidad muy propia de los seres humanos, y yo podía ser tan curiosa como quisiera porque estaba con mi fuerte, varonil, protector novio ;)

No dudo que en San José hayan prostitutas, es mas Costa Rica ocupa uno de los primeros puestos mundiales por su turismo sexual por no decir otra cosa. Sin embargo, en la capital son más visibles los travestis.

Ante una real duda sobre su real género o sexo (no entiendo bien el dilema que existe entre esas dos expresiones en el mundo LGTB), él no dudo en pararse frente a esta persona. Evidentemente más puritana que nunca me comporté ese momento, este sujeto estaba asombrado y muerto de risa viéndome retorcer en el asiento de alado.

Básicamente le preguntó que cuál es su demanda monetaria por la prestación de sus mejores servicios. Infaliblemente ésta persona quedó perpleja antes los encantos de mi muy guapo novio, por lo que le ofreció un descuento exclusivo solo por ser él, ja. Me regresó a ver a mi, lo regresó a ver a él. Y no encuentro otra palabra para describir ese momento que repugnante. Que me haya mirado, analizándome, para ver qué hacer, cómo o con quién fue terrible. Fue un momento nauseabundo.

Muerto de la risa él estaba disfrutando todo ese momento, no me escuchaba cuando le imploraba que nos vayamos, que dejemos esta broma, que no me causa gracia. Lamento decirlo pero tenerla cerca me fastidiaba. No supe yo qué decir para que nos fuéramos, sino fue esta persona la que dijo justamente lo que lo hizo abrir los ojos y volver a verme intranquilo. Este hombre disfrazado de señorita en otros términos le preguntó si el trabajo me lo debía hacer a mi, o se lo debía hacer a él.

Su cara fue mi paga por todo el sufrimiento que me estaba causando ese momento. Pobre hombre horrorizado.

Gracias por consentir mis más extrañas peticiones, pero debemos discutirlas un poco más en el futuro. Quien sabe que clase de propuestas te haga más adelante.

Teamo. Recuerda que la 'creatividad es la inteligencia divirtiendose'. 

- María E.



miércoles, 2 de octubre de 2013

Irremediables o Irreparables Sensaciones.

La noticia está afuera. 

Resulta que las personas indudablemente somos personas de hábitos, de prácticas continuas de actividades que nos gustan y por lo tanto nos individualizan. De modo que, resultaría normal pensar que una persona que ha experimentado un momento 'definitivo en su vida' siga haciendo lo de siempre, para que se siga sintiendo como siempre. Lamento informar que así no funcionan las cosas, o al menos así no funciono yo, hasta el momento. 

Cometí un error en la mañana, decidí ir a correr a un lugar diferente al que a mi me gusta, esto porque quería ir al lugar a donde más veces fui con él. Me fue muy mal. Correr parecía tan difícil como debe parecerle a un potro recién nacido galopar. No obstante, en ese momento que siempre lo siento tan propio; cero invasivo, decidí por primera vez pensar solo en él. Nunca antes lo había hecho, porque él ya ocupaba casi toda mi vida. Así nunca lo había dejado invadir mi cabeza mientras corría, ese espacio era reservado solo para mi. No más. Ahora está él también. O es de él también. Y resulta doloroso. Pensé en lo que no dije, en lo que no hice, en las cosas malas, en mis caprichos, en su necedad, en todos los impases a los que nos obligábamos a ir recurrentemente.



Las sensaciones deberían ser estables y definitivas. Las promesas deberían ser cumplidas, las verdades deberían ser absolutas y los amores universales. Esa es la realidad a la que quiero ir. No me gustan ni me sientan las promesas que no sabemos como cumplir, sentimientos y sensaciones tan variables, que vienen y van.

Me siento abandonada, dejada de lado, sola. Convencer a tu propia cabeza que ello no es sensato es una tarea un poco más difícil que todo lo anteriormente mencionado. Lo que resulta penoso, por la solución a la que llego: estar tan enojada con él. Quiero no hablarle, que se sienta dejado de lado también. Lo que a su vez es absurdo, porque lo que quiero es que esté cerca. Eso principalmente.

Cuando se planean futuros juntos, las decisiones individuales deberían ser consultadas y discutidas hasta el cansancio. Los acuerdos de momento no son ciertos y para nada vinculantes.

Él me dejó. Es lo que me empeño a creer, ésto para que mi estado de ánimo no sea infantil e inconsecuente.

Si algún día tengo un gato le pondré su nombre. 

Estoy enojada con él. Y mucho...


-María E.




martes, 1 de octubre de 2013

Nuestro antecedente.

Desconozco los “pasos” que se deben tomar o pasar cuando te alejas de quien quieres. Aunque la verdad es que ya lo he pasado, pero fue un tiempo muy corto. Además sabía cuándo, dónde y cómo me iba a ver con aquel pasado. Ahora no sé. Ahora soy más grande. Ahora tengo planes, ahora quiero cumplir sueños y, quiero hacerlo con él.

Siento la necesidad de escribir sobre nosotros, sobre nuestro pasado, nuestros viajes, alegrías, peleas, comidas, recetas, fotos, aventuras, todo. Pero mi plan es escribir sobre lo que viene, sobre lo que estamos haciendo, sobre como lo logramos, sobre cuándo, dónde y cómo vamos a estar juntos.

Así que solo voy a dejar sentado un antecedente, para que sepamos todos dónde estamos, para ver hasta donde es que llegaremos.

Nuestra Historia en Breve: 
“Seré breve y no apelaré a las palabras sino al recuerdo; que es al que deseo acudas cuando me extrañes”

Fui a vivir a Costa Rica, a dedicarme a lo que me encanta: Derechos Humanos. Pasaron exactamente seis días desde el día que dejé mi casa en Ecuador hasta mi primer fin de semana en San José, que fue cuando lo conocí.

A partir de este momento él y yo contamos la historia diferente. Mi resumen es el siguiente: Un ‘conocido’ que nunca había visto iba a pasar por mi, para dar un primer vistazo de la ciudad. No pudo hacerlo. Asegurándome que nos veríamos más tarde dijo que no quería que yo pierda mi noche, por lo que un buen amigo iba pasar por mi.

Nunca tuvo que pedirme mi celular ni preguntarme donde vivía. Porque sin conocernos, llegó a mi puerta y esa noche empezó todo.

Su resumen es triste; me causa cero gracia, y se reduce básicamente a que: su amigo no tenía auto y el le ayudó yéndome a ver.

Nuestra primera cita tuvo chaperón: su amigo Manolo. Fuimos a un bar a ver el SuperBowl, esto sin que yo entienda absolutamente nada del juego.

Nuestra segunda cita la tuvimos solos. Y fue llena de nervios. Fuimos a una pizzería. Yo opté por tomar mucho vino, porque soy alérgica a la lactosa. O sea no pizzas para mi.

Salíamos de paseos y le mandaba fotos cuando exploraba Costa Rica sin él. Hasta que un cinco de abril me llevó al hotel/restaurante/biblioteca/lounge/spa más bonito y perfecto, dónde había literal calma y emoción. Pero no fue sino hasta el seis de abril, en la madrugada, en su auto, en el parqueo de mi edificio que me pidió que sea su novia. Le pregunté si estaba seguro, si era consiente en lo que se estaba metiendo. Entonces le dije que sí, que yo quería que cuando me bese diga que está besando a su novia.

Costa Rica fue la perfección. Cuanto amor hubo.  

Los domingos que no íbamos al cine o estabamos de viaje, caminábamos por las calles cerca de mi casa. Un día me dijo que quería mudarse al Ecuador conmigo. Yo accedí. Llegué a Ecuador y siete días después llego él.

¡Qué difícil! Peleamos por todo: por qué nunca respondes mis preguntas, reacciona mi amor, mira las cosas que dices, no te mides, te perdono, discúlpame, teamo. 

Un día él regresó a Costa Rica. Poner sus negocios, finanzas, proyectos en orden. Así no sabemos cuando nos volveremos a ver, lo que sí sabemos es que los dos coincidimos cuando decimos: pronto!


Teamo, por siempre.

-María Ella

El día que él se fue. When he left.


Y le di un gran y fuerte abrazo porque eso debía hacer. Debía despedirme con dolor, con angustia, con mucho apremio. Pero yo estaba tranquila, podía controlar perfectamente mi urgencia de llorar, porque si lo hacía no podría haberlo dejado ir. Estaba tranquila por él, por mi, por la fe en un posible futuro. Sobre todo por la fe. Ese motor que tantas veces ha significado fuerza en mi vida, esperanza, ánimos, lucha. Porque por fe seguía hasta ese momento con él, calmando su tristeza, dándole ánimos. Con fe de que eventualmente yo sabría de su felicidad infinita, y si era lo suficientemente paciente y lo suficientemente valiente, esa felicidad la compartiría conmigo.


Así se fue él. Me quedó de él absolutamente nada. Nada que agradezca 'realmente'. Me dejó unas latas de atún, canguil, sal, azúcar, aceite, una plancha, garbanzos que solo me hicieron acuerdo al humus que nunca hicimos juntos, y una bolsa de pita chips que me comí manejando de regreso a casa. Espero realmente que mi subconsciente no relacione mas nunca pita chips con tristezas o dolores o adioses o amores, eso realmente sería una lastima.

Y no fue sino hasta el atardecer cuando entendí que de repente él no estaba. Que yo no podía ir a su apartamento a llorar porque él ya no tenía aquí departamento; porque él ya no estaba, que él no iba a consolarme porque él ya no estaba. Así, con escenarios sin sentido, absurdos y un poco vergonzosos me di cuenta finalmente que él no estaba.

Quisiera devolverle el favor y dejarlo todo por estar con él. Pero no seria por él. Sería por mi; egoísmo puro, por no sentirme triste. No sería por estar junto a este hombre que muchas veces llamé mío, sino por no sentir tristeza. Mi incapacidad para manejar las tristezas me han llevado a los extremos más inimaginables de las sensaciones. Se dice que fingir sensaciones o sentimientos ahora es muy provechoso; más cuando están involucrados hombres, pero al contrario yo fuerzo la nada. No sentir nada es mi artilugio. Me trago lágrimas, callo gritos y así la lista podría continuar. No es humillante, sin duda tampoco es reconfortante. Solo es preocupante, triste el no sentir.

Para que mi existencia no se resuma en un literal ‘sinsentido’ les diré que sí lloré. Lloré sobre una toalla, lloré tapándome la boca, lloré en silencio, lloré sola, lloré para mi y no para él.

Él me escribió una carta tan bonita, tan llena de él, tan llena de nuestros sueños, del futuro que queremos: de ese tan incierto que cuesta tanto creer, que lastima y más con la distancia que hemos decido poner entre nosotros. Como le dije a él, nunca me imaginé que debía decir adiós al hombre que elegí - del que me enamoré - para que él esté bien. Él dice que no es así, pero para no perder la costumbre lo contradigo. Él dice que es para poner las cosas en orden, para ofrecerme su mejor ser. Así concluyo que lejos de mi él podrá hacerlo. Que necia que soy. 

Y con todas esos cucos él me quiere, y me abraza y me cuida y me carga a donde yo quiera ir. Porque juntos él espera que estemos. Y porque no hay nada más bonito que verlo feliz, yo también quiero que estemos juntos, porque por y para siempre he decidido quererlo y siempre que pueda amarlo.

Así, si él “me dice ven, lo dejo todo”, pero debe decirme ven, cuando él esté listo.




De por mientras, nuestro amor será contado aquí. Viendo como madura y crece. Eso, si esque los dos logramos hacerlo.

Pueden vivirlo conmigo.


- María Ella