viernes, 2 de marzo de 2018

Nuestro intento duró muy poco. No tuve ni la madurez, ni la constancia, ni la disposición, ni la fuerza para ver más allá del momento. Únicamente entendía que no sabía que día lo iba a ver, que empezaba a llover en Quito, y él no estaba para mojarnos juntos. O en momentos de cobardía y cotidianidad ver películas juntos. Menos de miedo.

Ha pasado bastante tiempo desde eso. Salí con alguien, me emocioné con alguien, pero otro alguien seguía en mi cabeza, molestándome. Nunca fuimos extraños, al contrarío quería saber siempre de él. No todos los días a todas horas. Pero eventualmente para cerciorarme que distanciarnos fue una decisión correcta, no porque no queríamos estar juntos, sino porque para ese momento era lo correcto, lo saludable y lo maduro, auqn

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