martes, 8 de octubre de 2013

One week already.

Y la verdad es que los reales arrepentimientos vienen de las cosas que no hicimos, de las oportunidades que no tomamos o de las cosas que no dijimos. Por tanto, una técnica de supervivencia emocional es entregarlo todo. Entregarte completa, toda tú, sin mentiras ni poses. Lamentablemente ello es lo que más cuesta, puesto que entregarse se entiende como exponerse, y yo no soy buena exponiéndome porque no soy buena recuperándome. Me gusta tener el control sobre todo, inclusive sobre mis emociones, pero es tan difícil, un poco imposible. 

(Leerlo con esto: http://8tracks.com/saraherv/feelin-good)

Mi cielo: "I carry it in my heart" <3 E.E.Cummings


No es sin exponerse que se experimentan las más tiernas sensaciones, los más curiosos roces, las más largas risas, las más profundas conversaciones. Así, tras un largo debate conmigo misma hace tiempo decidí entregarme. Fue una decisión felizmente inconsciente, un impulso racional, fue cuestión de supervivencia emocional. Lo mejor es que no decidí entregarme a una persona, sino a una aventura, a algo nuevo, a nuestra natural, hermosa, paciente relación.

Descubro que con el tiempo la lejura se vuelve más insoportable, me falla mi autocontrol y quiero llorar y gritar todo el tiempo. Descubrí que son 1429, 36 kilometros los que hay entre los dos. Ha sido una semana sin verlo ni escucharlo. Creo que llamarlo sería terrible. Llamo a su antiguo celular para ver si dejó grabado un mensaje pero nunca lo hizo. Ese número que nunca me aprendí no servirá más, por tanto ya lo borré de mis favoritos. Él no es más un ‘speed dial’ para mi, e indiscutiblemente eso implica muchísimas cosas. Siendo honestos, no puedo contar para “absolutamente todo” con él, como me prometió en un inicio que sería. Eso experimenté hoy. Inconvenientemente él es quien más y mejor me calma y consuela. 


No es su culpa, él tan solo busca encaminar su vida, encontrar su camino, un lugar para estar bien. Sin duda espero que en su búsqueda me vuelva a encontrar a mi. Por tanto en proceso de formación haré lo mismo, tratar de ensayar espacios para estar juntos, donde nuestra existencia vuelva a ser compatible, no esforzada, sino como siempre natural. Que existan encuentros de 7 de la noche donde el mejor plan sea tomar vinos y discutir sobre las canciones del bar español.



Repetiría todo lo que hicimos juntos, buscar un café en San José es todo un acontecimiento, así como buscar cigarrillos a la 1 de la mañana. Cuando los encontramos fuimos a mi balcón nos fumamos pocas pitadas con tantas ansias que no nos acabamos el cigarrillo y teníamos ganas de botar la caja. Desayunar después de una carrera, donde si yo pedía panques él pedía tostadas francesas para compartir. Me encanta como todas las acciones las conjugo en la primera persona del plural: nosotros, así hacemos bien todo.

Hay una sola cosa que nunca más haría, y si alguna vez lo sugiere, paso su Gran Vitara SZ encima de él y acabo con éste drama. Para esta historia la única motivación que se me ocurre es que nos aburrimos de Escazú y de Los Yoses, por lo que decidimos pasear por San José Centro, que para ser justos a mi me gustaba mucho más que a él.

En honor a la verdad debo decir que fue un poco mi idea, la peor que he tenido. Sin embargo, la curiosidad es una cualidad muy propia de los seres humanos, y yo podía ser tan curiosa como quisiera porque estaba con mi fuerte, varonil, protector novio ;)

No dudo que en San José hayan prostitutas, es mas Costa Rica ocupa uno de los primeros puestos mundiales por su turismo sexual por no decir otra cosa. Sin embargo, en la capital son más visibles los travestis.

Ante una real duda sobre su real género o sexo (no entiendo bien el dilema que existe entre esas dos expresiones en el mundo LGTB), él no dudo en pararse frente a esta persona. Evidentemente más puritana que nunca me comporté ese momento, este sujeto estaba asombrado y muerto de risa viéndome retorcer en el asiento de alado.

Básicamente le preguntó que cuál es su demanda monetaria por la prestación de sus mejores servicios. Infaliblemente ésta persona quedó perpleja antes los encantos de mi muy guapo novio, por lo que le ofreció un descuento exclusivo solo por ser él, ja. Me regresó a ver a mi, lo regresó a ver a él. Y no encuentro otra palabra para describir ese momento que repugnante. Que me haya mirado, analizándome, para ver qué hacer, cómo o con quién fue terrible. Fue un momento nauseabundo.

Muerto de la risa él estaba disfrutando todo ese momento, no me escuchaba cuando le imploraba que nos vayamos, que dejemos esta broma, que no me causa gracia. Lamento decirlo pero tenerla cerca me fastidiaba. No supe yo qué decir para que nos fuéramos, sino fue esta persona la que dijo justamente lo que lo hizo abrir los ojos y volver a verme intranquilo. Este hombre disfrazado de señorita en otros términos le preguntó si el trabajo me lo debía hacer a mi, o se lo debía hacer a él.

Su cara fue mi paga por todo el sufrimiento que me estaba causando ese momento. Pobre hombre horrorizado.

Gracias por consentir mis más extrañas peticiones, pero debemos discutirlas un poco más en el futuro. Quien sabe que clase de propuestas te haga más adelante.

Teamo. Recuerda que la 'creatividad es la inteligencia divirtiendose'. 

- María E.



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